8.10.12


Todo parece que se reducía a una lágrima diaria, al pago religioso y prorrateado de la metralla que arrojé al estallar. Cierto que gran parte de las piezas, de las que te apoderas, te pertenecen, que comparto la propiedad con tus excesos  y con los huesos de nuestro pasado mecidos en lo alto de una higuera, esperando algún olvido o al niño que sacia con sus últimas arrugas la infancia longeva, muerta de sed.

No hay comentarios:

Publicar un comentario