12.2.12

Son grilletes perecederos, el tiempo nace y muere en todo aquello que se honra de existencia, es la norma del segundero, del cambio por causas de crecimiento o evolución, es la gran pasión de lo inanimado por acercarse a lo humano...
Siento cómo flaquea la desesperación aquella, tan cargada de caudal, de abrumadora espontaneidad, esa necesidad de diálogo, ese requerimiento a la verdad y al abatimiento de secretos y silencio.. Me desplomaba sobre el gerundio de un siendo, repicaba ruidosa, sin esquemas ni algoritmos, sin releer lo escrito, puro respiro, como un acto pulmonar reflejo de lo irreflexivo…
Pero ahora, al caer mis plantas de los pies sobre la tierra, mi instinto me pide que limpie las pruebas de quién soy, me llama mediocre, me insta a que recorte las extensiones de lo sensiblero, que cambie de musa y de tercio, que olvide la obviedad de haberme quedado enredada en tu pelo, que traiga y llame a que revienten los volcanes sin buscar tu fuego e independice mis sueños de lo que simplemente es imposible o inconcreto.
Soy un ejemplo sin nombre, algo insustancial y sin importancia entre tantas palabras de tantas personas, entre tantas mujeres, tantas derramas y torniquetes, una molécula de desaliento, un cero en la cifra de la excesiva oferta sin demanda, un tiempo perdido pagado por otros, una corrida de toros sin sexo, un movimiento sin conciencia ni concierto.
¿Me aclaro?, ¿revierto?, ¿entiendo?, ¿me sirvo?
¿Por qué no se pierde la niña perdida que me absorbe y regurgita?, ¿por qué no me crezco y me dejo de dudas y adenopatías?, ¿por qué será siempre una pregunta continua?, ¿por qué pinto una raya fronteriza entre el buen hacer, el deber, y yo misma? ¿Por qué no puedo ser productiva, hacer lo que se me solicita, quedar satisfecha, bailar sin poesía?
Y para el remache, para que el disgusto se recalque, te sigo buscando, obsesiva, persigo insistente al arquitecto que proyecte el olvido sin daño, hago conjuros para no desearte a mi lado, cierro los ojos, te veo entre dientes, abro la boca, salivo sin orden, preparo un conato de cambio, boicoteo mis intentos, emano contrarios, me seco por exceso de esperanza, me lleno de lejanía, le lloro al llanto y a la alegría…

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