1.2.12

El lío en un embudo, el nudo desatado, un nunca permanente, un siempre abrumador...

Entenderte a través de otros ha traído de vuelta lo que el frío fue borrando…
No alivian tus formas emergiendo de esa sombra codificada, una fuerza extraña amordaza mi intentona de alejarte de la realidad en curso, me llaman los diablos que en mi hombro se acoplaron, contemplo el pasado como algo mágico que eclosionó, que no marchita, que trajo paz esa batalla, que el bamboleo de llamadas asientan y relajan al estancarse pacientes bajo la inmensa catarata.
Llené de nuevo mi concepto de ti con peso de persona, y di crédito a mis ojos… y la carcoma de lo rojo daba vértigo sin que siendo al menos la tercera vez me hubiese paliado el efecto… Es por ello que me agarro al silencio entre otras improntas que quedamos mantendríamos en privado bajo notas sin retoque, entre borradores de convulsas flores carnívoras, de luces asesinas del olvido, de tanta vida y tanto vino, de tanto naipe malabarista, de un absorber absorto…
y tal vez por ello ya no me enredo en enjuiciar la apesadumbrada duda sobre la jugada consecuente, sobre planes inminentes que adjudicaba con mi maniática manía de confundir o practicar el indulto a la palabra contraria, dándole otro sentido, lo giro, practico la escultura, lo entiendo a mi manera, me dices lo que quiera que te entienda…

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