En París

Mi chincheta en el mapa se clava más hondo.

Mañana me arrestan las horas, la energía, las prioridades, actividades autistas, la celosía para mi hiedra, la palabra exenta de cuerpo; Clausuran mi torre, los instantes tensos y quietos, la vibración de las notas, el eco negro y humeante, el exhibicionismo del gesto cotidiano amando su hambre de cielos, las rimas y juegos de cartas, la maraña que hago con la lana que llega..

La realidad lo atrapa todo empequeñeciéndolo, el tiempo se ha vendido, el segundero de los que ya no son humanos sino mercado, inyecta el oportunismo de una rueca o una yincana de aparatos de tortura, una rutina con la hondura de la herida cultural.