16.12.14

Esquema y simulacro del proceso volitivo


   
La pulsión inconsciente (1ª figura vertical - izqda), son reacciones del cuerpo emitiendo mensajes al exterior. Se inician y generan sin orden previa, y alcanzan una pequeña pero sólida cota de realidad.
El hombre se repite (2ª fig), experimenta y confirma las dimensiones que la acción alcanza. Y el cerebro las madura , las abarca (3ª fig)  y conecta para analizar las posibles estructuras y sus combinaciones, la materia con la que cuenta y aquella que es capaz de crear.
Nuestro cuerpo ocupa el espacio y el tiempo, y por eso nunca dejan de tener dirección. El hecho de que ésta dirección sea producto de nuestra consciencia (fig 4) recoge en sí misma la potencia y forma del acto volitivo. 

En la práctica, la perspectiva y el ritmo los maneja principalmente esa realidad ajena (fig. recortes de papel sepia), aquello imposible de controlar; como las circunstancias que se apelmazan enterrándonos si no caminamos encontrando adoquines, consistencias para el paso, siempre marcado por la urgencia del segundo, que todo lo ensambla.